-¿Qué soy yo más que un peón o un rey destronado?-preguntó mientras miraba por el ventanal, abriendo un hueco en la cortina.
-Mi señor, no es más que un simple caballero desarmado-comentó el súbdito.
-¿Quién es ella para causar tanto revuelo?-quiso saber su alteza.
-Mi señor, esa mujer es aquella que os humilló ante el pueblo-dijo, manteniendo el mismo tono de antes.
-¿Cál es su propósito en estos momentos?-espetó indignado.
-Mi señor, espero que esto no le cause mucho tormento-declaró, preocupado.
-¿Quién la hizo llamar?-vociferó
-Mi señor, las fuentes no son de fiar...-señaló
-¿Qué es lo que debo hacer?-se echó una mano a la frente, apartándose el flequillo.
-Mi señor, sólo usted lo puede saber-.
-¿Si consejos no me da, para qué le pago?-rugió.
-Mi señor, yo sólo mi trabajo hago-replicó al instante.
-Pues de bien poco me sirve, así que márchese-le gritó, agitando el brazo y señalándole la puerta.
-Como su alteza desee-hizo una reverencia y se retiró.
-¿Cómo se atreve a desafiarme y a mentirme? Qué despropósito. Qué desfachatez. Ella ha sido la culpable de mi destierro, ¿porqué ahora querría negociar con dicha arpía una tregua o algo que no llego a comprender del todo? Será mejor que todo acabe cuanto antes.
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I què se suposa que he de comentar, jo, aqui...?
ResponderEliminarNo hi ha res que pugui dir.
Només, doncs, que està molt ben escrit, com sempre, perque escrius molt bé i ho has d'aprofitar.
És l'únic que puc dir sobre aquest text.