Dientecillos

El contenido de esta web está protegido (Copyright)

viernes, 15 de julio de 2011

El viaje de una gota

El calor del ambiente cubría el lugar de manera sigilosa. Su mente empezó a recordar y le trajo buenos recuerdos.

Una lágrima escapó de sus párpados para recorrer sus mejillas, con la intención de llegar a sus labios. Se despidió de sus allegados y se dispuso a hacer el viaje.

El camino, a pesar de ser suave y liso, se hizo agonizante para la lágrima, pues nada más había atravesado las pestañas, ya echaba de menos el lagrimal.

La luz del sol incidió en ella por primera vez, por unos segundos sintió el calor que le brindaba el astro rey, pero esto no hizo más que entristecerla. Fue entonces cuando un recuerdo amargo cruzó su mente y le agrietó el rostro.

La gravedad aprovechó para empujar la gota y hacerla caer hacia las contraídas mejillas, y fue rodando hasta llegar a la nariz, donde resbaló hasta detenerse en la punta.

Una vez allí, respiró hondo y echó un vistazo rápido a su alrededor, y antes de que pudiera hacer nada se precipitó al vacío. Emitió un grito sordo. Clamando por su vida, intentó agarrarse a la nariz de nuevo, estirándose y deformándose; pero fue inútil.

Antes de que pudiera hacer nada, impactó contra sus finos y dulces labios. La lágrima empezó a secarse. El viaje había terminado antes de lo esperado, y la lágrima yacía muerta en el labio superior de ella. Aquel lugar al que se había propuesto llegar.

an original idea created and written by: Stev Molain(me)

All rights reserved

lunes, 4 de julio de 2011

El obsequio del destino. Parte I

Érase una vez, un triste y solitario chiquillo que pasaba días y días en la mazmorra de la crueldad. Allí, las paredes le gritaban improperios, irritadas, la mesa le recordaba porqué estaba allí, las ventanas le mostraban lo buena que era la vida para los demás; y los barrotes miraban impasibles desde la lejanía. Nada le impedía salir de aquel calabozo, excepto él mismo; quién se negaba a verle un lado positivo a la situación en la que se encontraba.

Un día como otro cualquiera, un atrevido pájaro se coló por la ventana para terminar aterrizando en la mesa de la gran memoria. El ave aleteó nerviosa. Una falsa sensación de picor le recorrió por las plumas. La calmó con el pico y, tras esto, pronunció un comunicado al chico que yacía desolado; con la cara hundida en los brazos que encontraban apoyo en sus rodillas.

El mensaje que transmitió el pájaro hizo reaccionar al niño, ya que se acercó a la mesa. Se acercó para ahuyentar al nuevo inquilino, molesto por aquella visita.

-No quiero ir a esa estúpida fiesta-gritó mientras intentaba dar caza al pájaro.

El mensajero salió de la mazmorra por el lugar por el que había entrado y dijo:

-No creas que tienes opción, yo sólo soy el recadero, pero quien me manda es el mismo Destino.

-¿Por qué querría alguien como él…que fuera a esa dichosa fiesta?

- A mí no me preguntes, sólo he venido a traer este mensaje, y creo que ya he cumplido con mi cometido-se marchó, pero no de la manera en que lo hubiera hecho un ave normal, sino que su cuerpo se licuó, pasó a un estado gaseoso y los colores se diluyeron en un humo que fue mezclándose con el aire -creando hilos entrelazados que imitaban formas conocidas- hasta desvanecerse.

an original idea created and written by: Stev Molain(me)

All rights reserved